Tras una buena búsqueda con la intención de conceptualizar y definir la infidelidad, hemos encontrado diferencias entre los autores a la hora de definirla. Algunos hablan de infidelidad como la ausencia de fidelidad o lealtad, otros entienden la infidelidad como un acto sexual o físico con una tercera persona, y otros tienen en cuenta la involucración emocional del infiel con la tercera persona. ¿Por qué ocurre esto? Pues, desde nuestra opinión, la infidelidad es un concepto muy amplio y que realmente es definido por cada pareja.
Cuando una pareja se «compromete» de alguna forma, se garantiza una fidelidad y lealtad entre ambos que suele incluir una exclusividad. Cuando esta exclusividad se rompe, aparece la infidelidad. Si tenemos en cuenta la gran diversidad de relaciones que existen hoy en día, resulta realmente difícil concretar qué es una infidelidad de forma general. Por tanto, una infidelidad va a depender de lo que tú tengas establecido con tu pareja. Hay parejas que dan esto por sentado y que entienden la fidelidad de formas distintas, por eso es fundamental que las parejas tengan una buena comunicación cuando comienzan para poder resolver de antemano estos asuntos. Hay parejas que no conciben lo emocional como infidelidad, otras solo lo entienden como un acto sexual, otras piensan que si es online y no hay un contacto físico real, no cuenta… y así con otros muchos ejemplos.
¿Qué queremos decir con esto? Pues que es importante que te sientes con tu pareja y delimites qué significa para ti ser fiel al otro, qué aspectos son importantes para ti. También que escuches lo que significa para la otra persona, porque muchas veces tiene significados diferentes en cada uno/a. Recuerda que no pasa nada por no estar de acuerdo, precisamente para eso tenéis esa conversación, para encontrar un punto medio donde ambos/as estéis cómodos/as.
Formas comunes
Según Shackelford, LeBlanc y Drass (2000), encontramos dos formas principales de infidelidad:
La infidelidad sexual que ocurre cuando un individuo tiene una relación sexual fuera de su relación primaria, con o sin el consentimiento de su pareja. Esto puede incluir desde lo que consideremos como mínimo contacto físico-sexual, como un pico, hasta el acto sexual como tal.
La infidelidad emocional ocurre cuando una persona con pareja emplea su tiempo, atención, romanticismo y expresiones de afecto con una persona que no es su pareja primaria. Puede ir desde el flirteo, como muestra de interés a otra persona, hasta el desarrollo de sentimientos hacia una tercera persona.
¿Qué nos puede ayudar?
- Retrasar la toma de decisiones:
Muchas parejas, cuando se destapa una infidelidad, se apresuran a tomar decisiones desde la emoción que sienten en ese momento. La realidad es que en estas situaciones aparecen «explosiones emocionales» que no nos permiten actuar como nos gustaría. Es mejor esperar a haber digerido emocionalmente el engaño y haberlo elaborado psicológicamente.
- Exponer pensamientos y emociones asociados:
Va a ser de utilidad, tanto para el herido como para el infiel, poder expresar cómo se siente ante lo sucedido y lo que piensan al respecto. A menudo nos encontramos que el herido no ha podido elaborar el engaño por no haber expresado el dolor o cómo se ha sentido la otra persona. También por no haber podido procesar lo sucedido al tener muchas dudas y preguntas que, una vez se corta la relación, se quedan sin resolver. Lo mismo por la otra parte, es bueno para ambos/as que la otra persona exprese lo que ha sucedido y cómo se siente al respecto.
Esta conversación es de utilidad cuando, como decíamos en el apartado anterior, hemos permitido que nuestro cuerpo y mente procesen parte de lo que ha sucedido.
- Origen y forma de infidelidad:
Como decíamos antes, hay formas y formas de cometer una infidelidad. Es importante delimitar en cada pareja qué significa para cada uno para evitar malentendidos y que ambas partes hablen de qué piensan sobre este tema. También es normal tener muchas preguntas al respecto para tratar de entender qué ha ocurrido y poder elaborarlo, muchas veces van a estar relacionadas con esto mismo. La persona herida tiene derecho a saber, igual que la persona infiel tiene derecho a decidir hasta dónde quiere contar. Es útil para el herido preguntar para entender y procesar lo sucedido, aunque hay que tener claro que esto tiene un fin, es decir, hay determinados detalles que no suelen ayudar al herido así como el reiterarse en ello y repetir esta conversación-preguntas a lo largo del tiempo.
- Qué quiere cada uno:
Después de este punto de inflexión, ambas partes de la pareja deberían pensar qué quieren y/o necesitan en una relación y de la otra persona. Deberán valorar la compatibilidad entre ambos/as, qué cambios van a ocurrir en la pareja, cómo van a afrontar la relación a partir de este momento, si van a buscar ayuda para solucionar las dificultades de la pareja e implicaciones de la infidelidad…
¿Qué dificultades encontramos más a menudo?
Las mayores implicaciones que tienen las infidelidades en una pareja y en las personas implicadas son la ruptura de la confianza y el resentimiento, las cuales pueden afectar incluso si la pareja decide no continuar. Por tanto, deberán trabajarse dentro o fuera de terapia pero con esfuerzo de ambas partes.
El resentimiento se trata de una emoción que se queda estancada, sin resolver. Si no pasa sola con el tiempo, sería bueno revisarla con un/a especialista.
La confianza también puede recuperarse, pero muchas veces va a depender de las creencias que tengamos al respecto de la otra persona, de la relación y de la infidelidad.
En ambos casos, el perdón supondrá una pieza clave si la relación se quiere continuar. Te recomendamos leer el post sobre el perdón que escribimos hace poco.
No confundir una infidelidad con celos
Los celos son una emoción compleja que se define como una respuesta a lo que se percibe como una amenaza, que se cierne sobre una relación considerada valiosa o sobre su calidad (Pines, 1998). Es decir, son una respuesta que nos alerta de que una relación que queremos mantener está siendo amenazada por lo que tienen como finalidad el mantenimiento de la relación con la pareja y que, como cualquier otra emoción, debemos y podemos aprender a regularlos.
Hay que diferenciar los «celos patológicos», que suelen aparecer durante toda la relación, de los celos puntuales que ocurren por un acontecimiento o en un momento determinado. También suelen aparecer con más frecuencia después de una infidelidad cuando la confianza no se ha recuperado y la persona herida vive con miedo del engaño, algo que puede ocurrir tanto si la persona continúa con la relación como en sus futuras relaciones. Si esto ocurre, es importante saber gestionarlos e incluso acudir a terapia si ves que no pasa con el tiempo y afecta a tu relación.